Relajarse de las presiones de la vida

Recopilación

¡Todos necesitamos descansar en algún momento! Si llevas mucho tiempo atravesando dificultades debido a… tu trabajo, tu familia, tus relaciones, tu economía personal o tus hijos, de todos modos debes aprender a descansar en el Señor, aun en medio de la situación complicada que puedas estar atravesando. De lo contrario, ¡la batalla te desgastará!

Es por eso que Pablo les dijo a los tesalonicenses: «Y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros»[1].

La palabra «reposo» viene del vocablo griego anesis, que significa soltar, relajarse, dejar de andar estresado, o hallar alivio. Un estudioso comenta que la palabra anesis se usaba en el mundo griego laico para graficar la forma en que se afloja la cuerda de un arco cuando se la suelta, tras haber estado completamente tensionada.

También se lo usaba en sentido figurado para hacer alusión a relajarse de las presiones de la vida y tomarse la libertad de consentirse con un poco de recreación. Al usar esa palabra, lo que hace Pablo es animar a los creyentes de la ciudad de Tesalónica a liberarse de la presión constante a la que se ven sometidos a causa de la oposición a su fe. Pablo los exhorta a liberarse del estrés, a sacudírselo y aprender a relajarse, aun en medio de las circunstancias tan difíciles que atraviesan.

Ese versículo podría parafrasearse así: «Y a ustedes, los que se encuentran atravesando dificultades en este momento, les aconsejo que se relajen, que se tomen un respiro y que descansen». Todos sabemos lo que es sentirnos presionados, pero nadie es capaz de sobrevivir en un estado de estrés permanente. De modo que, aprendamos juntos a alivianarnos un poco. Sacúdanse los problemas, y permítanse un poquito de relajación y unos instantes de entretenimiento.

Me queda claro que cuando a uno lo asedian los problemas, lo último que se le ocurre hacer es tomarse unas vacaciones. Lo que quiere es arreglárselas para librar la batalla y pasar a la siguiente etapa en su vida… ¡lo antes posible! Puede que incluso considere irresponsable de su parte relajarse y descansar un rato. Sin embargo, ¡hasta Dios descansó el séptimo día!

Tómense a pecho el consejo de Pablo y permítanse unos momentos para relajarse y pasarla bien, unos instantes alejados de sus problemas. Cuando sea momento de regresar a ocuparse de ellos otra vez, se sentirán renovados y verán las cosas desde otra óptica. Verán los retos que enfrentan con otros ojos, y los encararán con nuevas fuerzas.

Así que, díganle adiós hoy mismo a sus problemas. Tómense un respiro, y permítanse unos momentos para descansar, relajarse y recuperar fuerzas. Rick Renner[2]

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Cuando te sientas agobiado por las presiones de la vida puedes transportarte en las alas de oración y la fe hacia la presencia de Dios y hallar allí el alivio que solo Él puede brindarte. David Brandt Berg

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Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del Cielo tiene su hora. Hay tiempo de trabajar, y tiempo de descansar; tiempo de buscar, y tiempo de encontrar; tiempo de rogar, y tiempo de jugar. No todo es trabajo ni todo descanso. No todo es oración, ni tampoco todo es recreación. Hay un tiempo de descansar y recuperarse.

Cuando descansan les doy el renovado vigor que necesitan para hacer lo que tienen que hacer. No se preocupen por lo que les espera ni por lo que están dejando sin hacer. En su descanso les puedo indicar cómo pueden llevar a cabo lo que es necesario realizar. Puedo hablarles al corazón y me oirán más claramente, pues no tendrán la cabeza llena de preocupaciones, afanes y los asuntos de esta vida.

Cuando se toman un tiempo para apartarse de su trabajo y descansan física y espiritualmente, se les aclaran las ideas, se renuevan física y espiritualmente, y ven las cosas desde otra perspectiva porque habrán renovado sus fuerzas.

No basta con descansar solo en espíritu; también deben dar reposo al cuerpo. Su cuerpo es la morada de su espíritu, y cuando están físicamente agotados y débiles y viven estresados y en continua tensión, eso también repercute en su espíritu. Cuerpo y espíritu forman una unidad indivisible. El cuerpo necesita renovarse por medio del descanso, la relajación y el esparcimiento. Y el espíritu necesita reposar por medio de la oración y llenándose de Mi Palabra. Es así como obtendrán todo el descanso que les hace falta para que estén fuertes y Yo los renueve. Jesús, hablando en profecía

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Guarda silencio ante el Señor, y espera en Él con paciencia. Salmo 37:73

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Has trabajado arduamente cosechando en los campos. Te duelen las manos y los pies. Tienes el cuerpo agotado y te mereces un tiempo de descanso. Relaja la mente, el cuerpo y el espíritu. Deja que Mi Espíritu se deslice sobre ti como un aceite que alivia. Deja que la paz y la quietud arropen todas las inquietudes y las preocupaciones de tu trabajo. Siempre tendrás contigo el servicio que me prestas, así que déjalo de lado y dedica un rato a amarme y apreciarme, a relajarte sin más y disfrutar de Mí y de Mi creación. Jesús, hablando en profecía

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Jesús les dijo: «Vengan conmigo ustedes solos a un lugar tranquilo y descansen un poco.» Marcos 6:31

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La vida no es un concurso para ver cuánto se pueden cansar o agotar. La carrera es tan larga que todos se cansarán muchas veces y en muchas etapas. No vale la pena que traten de demostrarnos a Mí o a los demás su resistencia llevando sus propias cargas y agotándose. Habrá muchas ocasiones en que tendrán que trabajar duro y esforzarse, pero también tiene que haber muchas oportunidades de reposar. Descansa, tesoro; despójate de tus cargas. Relájate y descansa en Mis brazos. Deja que Yo te lleve un rato. Has hecho mucho por Mí y sé que lo volverás a hacer, pero deja que ahora te sostenga en Mis brazos y te renueve las fuerzas. Jesús, hablando en profecía

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El Señor es mi pastor; nada me faltará.
En lugares de delicados pastos me hará descansar;
junto a aguas de reposo me pastoreará.
Confortará mi alma. Salmo 23:1–3

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—Yo mismo iré contigo y te daré descanso —respondió el Señor. Éxodo 33:14

Publicado en Áncora en noviembre de 2013.
Traducción: Irene Quiti Vera y Antonia López.


[1] 2 Tesalonicenses 1:7

[2] Tomado de una lectura devocional en Sparkling Gems from the Greek (Harrison House, 2003).